Puedes reir, puedes llorar, emocionarte, sentir dolor, angustia, miedo, amor, rabia, temblar, tener un millon de pulsaciones por minuto, o sentir mil orgasmos, pero el 22 de septiembre de 2009 a las 11.35 de la mañana, en el momento en el que mi hija Victoria vió su primer rayo de sol y abrió los ojos… sentí todo eso a la vez en tan solo un segundo.
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